Matando el tiempo ageno.

Permiso. No quiero ser parte de ésta mentira. "Disculpe" dijo en voz alta un caballero desde el final de la sala mientras acompañaba su dulce sonido con su mano elevada. "No quiero ser cruel, pero necesito de ésto en éste momento" y prosiguió "Será sólo por un tiempo, hasta que pase el diluvio, hasta que me liberé de este deseo de irme a la oscuridad". Desatando un llanto de pena que invadió mi espacio personal dijo tres palabras que llamaron mi atención entre unas cuantas frases, sólo estas quise rescatar: "Inútil", "Ruego" y "Fuego". Sacadas de contexto no tienen ningún sentido mas que el propio de la palabra en sí. Pero si puedo volver a armar sus frases quizás vean porqué las rescate."Sé que es algo inútil pedirte tiempo a mi lado, que me liberes de todas mis penas, que me saques de mi oscuridad. Es que el desorden en mi cabeza me obliga a odiarte y amarte en igual intensidad, te ruego me perdones por tanta infidelidad, tanta desesperación que tengo en mi interior. Me he quedado sumiso ante el fuego de tus ojos, ante el ardor de tu llama, ante la mirada despiadada... Sólo te pido que mi inutilidad para amarte de la forma que tu quieres no sea para nada un impedimento a mi bien estar. Te esteré rogando toda la vida para que no me dejes en soledad, eso causaría en mi algo peor que un simple dolor, provocarías como siempre un desequilibrio en mi presente. Te siento tan cerca cuando en tus llamas me encierras, haces un fogón, conmigo como tus ramas para encender cada llama. Haces de mi una mejor persona, causando que lo útil de mi salga a relucir y hasta ayudándome -sólo a tu lado- a ver la luz. Te concedo el don de la palabra, porque tu voz me abriga. Entre tantas que escucho a diario, aunque la mía es aquella en la que mas tiempo, sólo tu tienes algo que enciende mi personalidad sacando a flote cada cosa que me hace ser humano una vez mas. Te regalo la facilidad de helarme cuando quieras, contestar con miradas frívolas en cuando desees, simplemente no me dejes solo... porque en este momento no hay persona en quien confíe más que en el ser que se desprende de tus ojos." Su tono algo trizte, lleno de pena, angustia y respeto me dió sensación de miedo, hasta me pude imaginar a que ser le hablaba cuando sus palabras llegaban como punzones golpeando mi pecho. Quise tomarme el atrevimiento de preguntarle "a quién": A quién estara dirigido, a quién es infiel, a quién necesita tanto, a quién le sirve este humillado ser, a quién pretende enamorar, a quién le sugiere el perdón, a quén hace tamblar cuando empieza a hablar. Tantas preguntas y tan pocas respuestas. He aquí cada uno... que saque su propia conclusión